viernes, marzo 1

Fragento Vl

Hoy desperté con la sensación de que algo me hacía falta pero ¿qué?, tengo dinero en la cartera, tengo comida en la mesa, tengo un buen trabajo...¿qué me hace falta en estos momentos? No encuentro nada por lo cual sentirme así.
Por primera vez estoy suspirando en el trabajo y no puedo concentrarme bien en lo que hago, peor a como si tuviera gripe. Tal vez un café me ayude.
Ya ha terminado mi jornada laboral y sigo sintiendo que algo me hace falta. Mí ánimo ya está tan decaído que no quiero seguir pensando en ello, me cansé de buscar algo que desconozco. La parada del bus está a unos metros más adelante pero parecía que nunca iba a llegar porque sin darme cuenta comencé a caminar cada vez más y más lento hasta detenerme a un lado de la banqueta. Reanudé mi camino con la cabeza gacha y sin ver a quién tenía delante, sólo veo mis pies moverse en el suelo...supongo que falta menos para llegar a la parada del bus; tampoco nada me garantiza que me vaya a sentir mejor en casa o vaya a descubrir porque me siento de esta manera. Di un suspiro más y en cuestión de segundos choqué contra alguien y caí al suelo, sin sentir pena o darle importancia al dolor me levanto aun con la cabeza hacía abajo. El extraño lleva un traje y me pregunta nervioso si estoy bien. No. No estoy bien. No dije nada; mí cuerpo actuó por sí solo y hundí mí cabeza en su pecho mojando su elegante traje con mis lagrimas, estaba llorando como un infante al que le quitan su pelota o le niegan un dulce. Estoy llorando desconsoladamente en el pecho de un extraño y agarrando parte del traje con ambas manos pero ¿por qué estoy llorando? El mismo extraño me hace la misma pregunta y no tengo idea de qué responder pero él está dejando que llore sin decir nada...en medio de la banqueta siendo unos totales extraños estamos como un par de viejos amigos.
Al fin las lagrimas cesaron y me despego de su pecho con mucha pena. Le doy las gracias por soportarme y respondo a su pregunta: A veces la gente sólo necesita llorar, no necesita una razón, sólo...llorar...Para liberar tensión, supongo.

Ya en casa suspiro nuevamente pero sin esa sensación desagradable que tuve todo el día.
La respuesta que estaba buscando se contestó por sí sola en cada lagrima que derramé en el pecho de aquel extraño que me inspiró a no necesitar una razón para hacerlo.

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