miércoles, julio 17

El "incidente" (+18)

Vi la hora y deduje que ya tenía que irme antes de que dejase de pasar mi autobús.

-Creo que ya tengo que irme, no quiero pagar un taxi hasta mi casa, aún alcanzo el bus-
-Está bien, haría lo mismo jaja- se levantó para abrirme la puerta e íbamos a despedirnos de una vez, le daba pereza acompañarme a la parada, y, accidentalmente ambas volteamos para el mismo lado sin darnos tiempo a detenernos, nos dimos un beso accidental y muy fugaz. Nos vimos y comenzamos a reír nerviosamente pero ninguna de las dos se movía, seguíamos viéndonos fijamente e instintivamente y muy lento acercándonos más y más, deberíamos separarnos, no acercarnos.

Sinceramente Valentina me hace muy atractiva pero el respeto que le tengo como mi amiga se estaba quedando de lado, creo que ese salió primero rumbo a la parada y me dejó sola en esa situación, no fui capaz de quitarme ni detenerla, de hecho la acerqué a mí tomándola por la cintura y ambas estuvimos de acuerdo en lo que estaba sucediendo cuando nos besamos nuevamente.

Comenzamos con besos muy tiernos, la intensidad subía poco a poco, decidí movernos al sillón, me senté y la puse encima mío sobre mis piernas, la tomé por la nuca indicándole que la sesión de besos no había terminado, puso una sonrisa traviesa y se abalanzó para seguir basándonos, esta vez nuestras lenguas se encontraron y di leves mordidas a su labio inferior. Comenzaba a calentarme con sus besos así que comencé a acariciar una de sus piernas, subí lentamente hasta su muslo, fue sencillo dado que llevaba un vestido y sin dudar continúe hasta su trasero, era... suave y firme, lo apreté y Valentina dio un saltito, no se lo esperaba. Nos vimos y reímos nerviosamente otra vez, ¿qué estábamos haciendo?

-¿Puedo?- pregunté poniendo mi mano en un tirante de su vestido. Su respuesta fue un movimiento de cabeza de arriba a abajo y sin más, deslice hacía abajo los tirantes del vestido dejando expuesto su sostén a la altura de mi rostro. Me acerqué a besar la parte de la piel que estaba expuesta mientras acariciaba su trasero y su espalda, ella misma procedió a desabrocharse el sostén dándome una señal de que podía ir aún más lejos, tragué saliva y en ese punto me sentí obligada a preguntar -¿estás segura?-

-No estoy borracha, Lau, hazlo...- el rubor en mis mejillas se intensificó, sentía el rostro muy caliente.

-Eres preciosa- y dicho esto comencé a lamer los pechos de mi mejor amiga, pasaba la lengua por sus pezones ya erectos y besaba cada centímetro de piel a mi alcance, escuchaba su respiración acelerarse y jadear. Sus ruiditos me excitaban muchísimo. No era suficiente, quería mucho más, hice que se levantara para ponerla debajo de mí, su cuello nunca se había visto tan sexy como ahora, decidí besar sus labios una vez mas antes de comenzar a besar su cuello, al acercarme olía a ese perfume que tanto me encanta, inhale extasiada.
Todo estaba ocurriendo sin decirnos mucho, parecía que ella disfrutaba del como la tocaba y yo sin duda de tocarla a ella. Acarició mi cabello a la par que comencé a masajear sus pechos.

-Quiero ir más lejos...- confesé mientras tenía sus pechos entre mis manos.

-¿Qué esperas?- no me esperé esa respuesta, levanté una ceja y sonreí, con un dedo descendí del centro de su pecho hasta su ombligo, comencé a meter mi mano debajo de su vestido para posteriormente invadir debajo de su ropa interior cuando escuchamos un carro estacionarse y a alguien rebuscado entre sus llaves ¡¡era Raúl!!

El extraño trance sexual en el que estábamos se fue por completo, me quite de encima y me arreglé la ropa mientras que ella se metió al baño para vestirse en caso de que su esposo fuera más rápido y entrara antes de que estuviera lista, en el momento que Raúl cruzó la puerta le dije que ya era muy tarde y debía irme, que de hecho solo estaba esperando a que Valentina saliera del baño para que me abriera la puerta.

-¿No te va a acompañar a tomar el taxi o algo?-

-Este, no, creo que le cayó mal la comida y tal vez vaya ahí para largo. ¡Nos vemos!- salí de esa casa como un rayo y Raúl se quedó muy confundido de lo que acababa de pasar ¿cómo le decía que llego justo a tiempo antes de que me cojiera a su mujer y mi mejor amiga? Quien cabe remarcar que son la misma persona.

lunes, septiembre 22

La capital no es como antes

Sin darme cuenta cargaba los traumas que mi madre tenía acerca de la capital, siempre me contó que la vida ahí afuera era difícil, que era complicado saber en quién confiar y nada era gratis, era muy extraño que alguien te regalara algo o te ofreciera ayuda de manera voluntaria. Tuve que tomar muchas prevenciones para emprender mi recorrido a la capital, cuidé mi lenguaje y tuve que ocultar mi lugar de origen.

Conforme mi viaje transcurría me fui encontrando con personas muy amables que me ofrecieron su ayuda de manera voluntaria para salir adelante. Conseguí que me rebajaran el precio en muchas compras que hacía y he hecho algunos amigos que hablan mí mismo idioma, así como, otros que no son de la capital pero hablan muy bien el idioma de ahí; yo aún no lo domino pero logré entenderme con ellos.

Llegué a la conclusión de que mi madre exageraba en sus historias o simplemente le tocó vivir los tiempos difíciles de la capital. Tenía muy contados a sus amigos, podía contarlos con una sola mano y le sobraban dedos. Ella siempre fue una mujer solitaria y la única vez que brindó su confianza fue a un comandante dueño de un gremio poco conocido; tenían que irse con cuidado para reclutar gente porque solo aceptaban personas foráneas que hablaran cierto idioma (mí lengua natal).
Antes, si te veían hablando en otro idioma públicamente eras sancionado, dependiendo del humor del rey podías o no salir con vida de esa situación.

Mi madre se enamoró de ese comandante, de hecho es mi padre a pesar de que crecí sola… Una noche él traicionó a mi madre, le robó dinero, pertenencias y desapareció, cuando volvió a encontrarse con él lo negó todo y al ser inspeccionado no se encontraron pruebas, posteriormente a la investigación se descubrió que tuvo un cómplice que ocultó las cosas pero el caso ya se había cerrado. Yo decidí no ser solitaria como mi madre al darme cuenta que la comunidad había cambiado.

Dejé a un lado todo lo que creía saber y empecé a crear memorias desde cero, sin dejar de lado algunas precauciones. Ahora es mí turno de vivir mis propias experiencias y no aferrarme a las que alguien más vivió.

jueves, agosto 21

Fragmento IX

Es una mujer inteligente, carismática, algo atlética y sobre todo hermosa. No es el tipo de persona que imaginarias paseándose por su casa en la madrugada con blusa de tirantes y boxer en busca de algún refrigerio que calme su antojo nocturno; mucho menos el tipo de persona que bebería directamente del cartón de leche o que se la pasaría jugando videojuegos a altas horas de la noche después de haber acabado sus pendientes. Eso era lo que pensaba hasta que empecé a vivir con ella… la imagen de la mujer cuidadosa y delicada se vino abajo cuando descubrí que era tal y como he mencionado, pero me reconfortaba que tuviera la confianza para mostrarse tal y como es aunque aún no me acostumbro a verla abrir el refrigerador a cada hora solo por dar un sorbo a la leche y terminar trayendo la caja a la habitación en la tercera o cuarta vuelta.

miércoles, mayo 14

Amigos para un antisocial

Algo me revuelve el estómago, ¿será la cólera? No me comprendo a mí mismo, realmente soy bastante extraño y horrible.
No sé si me gusta más tener amigos o conocidos. Los amigos son complicados, no sé conservarlos a diferencia de los conocidos; puedes hablarles sin la necesidad de tener que hacerlo en un periodo próximo de tiempo. Las relaciones perfectas no existen.
¿Los amigos para siempre existirán? Si continuo de ésta manera no existirá eso para mí.
Sinceramente, no me tendría a mí mismo como amigo.

No fui hecho para las relaciones sociales... ¿cómo soportó aquella persona mi horrenda forma de ser?

lunes, marzo 17

Juego inconcluso

Después de un año y medio se me ha dado la oportunidad de reanudar la partida que me hicieron dejar porque era demasiado joven para aquella experiencia. Mi madre me confisco aquella consola con el juego dentro e intente buscarlo sin éxito alguno… me sentí muy desdichada y con la intriga de saber si realmente esa consola me gustaría o no, nunca tuve la oportunidad de conocer al máximo el funcionamiento de la misma, apenas y conocí el juego con el que venía, el único juego que posee de hecho, no necesita más. Algunos dicen que el juego nunca termina y siempre hay algo nuevo por hacer y descubrir, otros afirman que tiene un doloroso final.

Ha pasado bastante tiempo, en ese lapso de tiempo siempre dije que el estilo de aquella consola no era para mí a pesar de que el juego me encantaba. El diseño de la consola era algo que nunca antes había visto en el mercado y la terminé adquiriendo por curiosidad. Debo felicitar a los programadores de su único juego porque lograron que me gustara un género distinto gracias a su cómoda jugabilidad e interesante historia.
Han salido bastantes consolas y juegos al cabo de este año y medio pero ninguna me ha satisfecho tanto como aquella, no encuentro ese atractivo que me hace enviciarme hasta la madrugada, de ser posible hasta el día siguiente.

Mi madre no sabe que he encontrado su escondite secreto, empecé a jugar a sus espadas; empecé un juego nuevo para recordar porque me gustaba tanto hasta que lo he recordado pero no he continuado mi partida anterior, quiero volver a llegar al mismo punto de antes y ver si he tomado mejores decisiones que en la partida anterior. Estoy ansiosa por llegar y al mismo tiempo me da miedo avanzar, ¿y si la historia deja de gustarme? Pero es un riesgo que estoy dispuesta a correr.