Fragmento II

Sabes que dejas tu inocencia atrás cuando empiezas a ver las cosas de tu infancia con otros ojos, cuando le puedes buscar otro sentido a las palabras y cuando empiezas a ver todo eso por ti mismo.

Antes podías ver a tus personajes favoritos tomados de la mano y te parecía un gesto lindo entre ellos, un gesto de amistad, ahora los ves tomados de la mano y quieres ver besos o hasta más que eso...
Antes comprendías las palabras en un sólo sentido, ahora puedes verlas de otra forma y reír.

Es increible como nunca dejamos algunas cosas con las que crecimos pues vas encontrando material que se adapta a lo que te interesa ahora. Sólo es cuestión de aceptar que querramos o no nuestra mente se pervierte con el tiempo.

Fragmento I

No comprendo cómo una lectura puede hacer cambiar mi forma de ver las cosas pero al probar la realidad esas ideas se vienen abajo y las anteriores prevalecen.

El sabor de la realidad es amargo y el de mis fantasías es dulce, me gustaría poder tener una realidad agridulce, una donde ellos me parezcan dulces aunque no lo sean. Cuando creí haber encontrado al "él" ideal resulto un error y abandone esperanzas con ellos.

Al retomar mis lecturas mis fantasías cambian nuevamente, se vuelven las de una tonta enamorada de nadie, no tengo a nadie a quien amar ni por quien ser amada. La lectura me llena, me hace sentirme enamorada de alguien que no existe y ese alguien igual me ama pero no puedo vivir de fantasías, necesito sentir, sentir a mi amante para poder satisfacer estos deseos carnales que surgen al pensar tanto en nadie.