Ella no entendía porque su hermana lo leía tanto.
Ella cayó en el mismo mundo fantasioso que su hermana en su niñez.
Ella es: Alicia...
Alicia, Alicia...
¿Por que seguiste a aquel conejo blanco?
¿Nadie te dijo que no era real?
¡Oh! lo olvidaba, viste aquel libro, viste sus páginas vacías las cuales llenarías con la tinta de tu imaginación.
Tal vez tu hermana lo veía con afán de recordar ese mundo maravilloso en el que todo lo imposible era posible, en el que sus absurdas teorías se hacen realidad.
Alicia, Alicia...
¿Aun no sabes que estas dormida?
Si no lo sabes, ¿por que no tienes miedo?
¿Caer por tanto tiempo te resulta normal?
Alicia, Alicia...
Que poco precavida...
"TÓMAME" y tomas...
"CÓMEME" y comes...
Pudiste haber muerto pequeña chiquilla.
Alicia, Alicia...
Cultive rosas blancas, ¡ven!, ayúdame a pintarlas.
Alicia, Alicia...
¿Tan prono te vas?
Si el juego aun comienza.
Alicia, Alicia...
Perderás la cabeza.
Así son las reglas.
¡¿Qué?!
Deja de crecer, sigue durmiendo.
Vete de este mundo pues vas a despertar.
Sin tu imaginación no puedes andar.
El efecto de los dulces se va cuando despiertas y vuelve cuando duermes.
Alicia, Alicia...
Fue un gusto conocerte.
Esta sera la única vez que nos veamos.
Al igual que tu hermana, solo son capaces de entrar al país de las maravillas una vez.
Si lo logras de nuevo, ¡felicidades!, ¡bienvenida seas a tomar el té!
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