viernes, diciembre 28

Capitulo 1: El principio del final

-Eso es, así. Sonríe un poco más…actúa natural, ignora que tengo la cámara-. Una chica con una cámara en mano decía a otra. No paraba de tomarle fotos.
-No puedo, sé que estas tomándome una foto, ¿cómo quieres que esté normal?- estaba moviéndome demasiado, no podía bajar la mano de mi boca pues aun me daba pena que me fotografiara…tanto.
No tengo un rostro de modelo ni menos el cuerpo de una pero seguía sin saber el por qué le gustaba tomarme tantas fotos. Me apenaba no ser la modelo ideal para ella pues…
-Sólo sonríe, soy la única que ha logrado inmortalizar en foto tus sonrisas-
-¡Porque las tomas cuando menos me lo espero!- ya me estaba acostumbrando al flash de su cámara, aun me hacia cerrar los ojos un poco pero no como antes pues lleva haciendo esto desde hace algunos meses pero no tan seguido como ahora, como si no me pudiera volver a ver en un largo tiempo.
Preferiría ser yo la fotógrafa y ella la modelo, ella no estudiara para serlo pero para mí es la mejor. Ella con una figura bien formada, mide alrededor de 1.60 cm, cabello largo hasta un poco por debajo de su pecho y lacio de un color oscuro que es a la vez claro; es como de un tono café, digamos que es castaña, sus ojos con una mirada penetrante e intimidante y más por ser tan oscuros, sus ojos y su mirada tiene un algo que me fascina, podría estar viéndolos por mucho tiempo, todo eso queda bien con su tez blanca algo morena aunque siempre he pensado que no es demasiado como para considerarla morena.
Yo…que decir, una complexión media, cabello largo un poco después de mis hombros y ondulado de color negro, ojos algo oscuros color ámbar pero siempre uso lentes de contacto color gris para no usar gafas, tez blanca algo pálida de 1.63 cm.
Mi mirada intimida a varias personas excepto a ella, dice que no intimidaría ni a un hámster. Le encanta que use los lentes de contacto porque mis ojos aparentan ser ligeramente los de un felino.

-¡Ahí va el profesor!- dijo ella que siempre estaba pendiente a diferencia mía, estar a su lado me hacia olvidar que aun me quedaban clases y que tenía que entrar.
-Uhm…- murmure con la boca cerrada, un murmuro casi inaudible pero que ella pudo escuchar.
-No te quejes, vamos- tomo de mi mano y fuimos al salón de clases.
Así paso un día más.

Las estaciones fueron pasando y había días sugestivos, aburridos, entretenidos, de celos, de todo…


-¿Quieres irte ya?-
-Dime la hora, por favor-. Le dijera la hora que le dijera ya no había nada más que hacer por hoy, nos iríamos de todas formas. Buscaba mi celular en mi mochila mientras ella me abrazaba por detrás, no me incomodaba así que no dije nada, ella hacia eso por poco tiempo de todas formas.
Mientras buscaba sentía su respiración cerca de mi cuello, era raro que no estuviera nerviosa pues al sentir esa sensación proveniente de ella yo debería estarlo. Mantuvo su rostro ahí por unos segundos cuando menos me lo espere sentí una leve mordida. Me paralizo un poco en el momento, no imagine que ella llegara a hacerlo alguna vez, me había dicho varias ocasiones que le daba “tentación” morder mi cuello pero nunca pensé que llegaría el día en el que lo hiciera. Fue un momento demasiado corto que dejo un dolor extrañamente placentero, como si quisiera que volviera a morderme, darme pequeñas mordidas para seguir sintiendo aquel dolor pero no podía decir nada de esta sensación.

-¿Eh?...- fue todo lo que salió de mis labios.
-Lo siento, no pude resistirlo- una pequeña sonrisa se dibujo de sus labios.
-Um, descuida…- un poco sonrojada respondí.
-¿No te lastime?... ¿o sí?- pregunto poco preocupada.
-Para nada- “de hecho quisiera que lo repitieras”, recordé que tenía que decirle la hora y saque el celular. –Apenas son las 5:30p.m-
No respondió y se acerco lentamente por detrás, comenzó a tocar mi cuello con sus finos y delgados dedos, esa sensación me ponía nerviosa. ¿Por qué lo hacía?

-Ya tengo demasiados recuerdos tuyos pero no suficientes…- esa forma de hablar debo admitir que me estaba dando miedo.
-¿A qué te refieres?- trague saliva solamente…
-No te he dicho a pesar de ser mi mejor amiga, a pesar de que siempre sabes antes que todos los demás. Podría ser porque nunca te cuento lo suficiente- lo último tuvo un tono amargo.
Sabía que ella no era de muchas palabras, no le gusta hablar de cosas muy personales ni de ella misma, me ha dicho que prefiere escuchar.
Parece que llego el momento en el que yo escuche y ella hable.
Se volteo y ahora nuestras miradas se encontraron, la suya era una que por más que quise no pude identificar pues nunca me había visto de esa manera.
-No sé si soy egoísta o no, no sé qué tipo de aprecio me tengas hasta ahora ni el que me tendrás después de esto. Mañana no nos volveremos a ver…- antes de una interrupción poso su dedo en mis labios. Significaba que aun tenía más que decir.
-Decirlo no es fácil para mí, por favor disculpa si hago este tipo de pausas- asentí e impaciente esperaba a que continuara.
-Veras…me iré, me iré de esta ciudad y no sé si volveré; será lejos. No quería irme sin decirte, pensaba escribírtelo después, algo en mi no quería decírtelo frente a frente- dio un gran suspiro.
-Pude terminar de hacer esto así que por eso te lo digo ahora, recuerdo que alguna vez me confesaste tus sentimientos y aun así todo siguió estando igual porque así lo quise, aparte de que me demostraste con el tiempo que ya no te interesaba más de esa manera- me dio un pequeño libro hecho a mano, se veía que tenía pocas hojas. No pude resistir el hablar.
-¿A dónde vas?-
-Sólo te diré que es lejos, disculpa no haberte dicho antes-
Es una mujer tan dura que no notaba ni una muestra de fragilidad en su rostro ni en su voz. Soy una chica sensible, eche a llorar y hundí mi rostro en su pecho mientras me sostenía en sus hombros, ella me consolaba sin decir nada.
Todo lo que intentaba decir era en vano, no podía hablar por el gran llanto que tenía. Pude calmarme y seque mis lágrimas; al fin pude decir algo.
-Espero te valla muy bien y…y…todo este tiempo fingí ya no sentir nada para no incomodarte pero la verdad es que siempre te quise y te querré…lo que quiera que traiga este pequeño libro lo guardare como un tesoro…quisiera que esto no fuera enserio pues no quiero que te vayas pero ¿qué más puedo hacer?- seque la última lágrima con mi dedo y le di un gran abrazo.
-Gracias…también te aprecio- por alguna razón nunca dice "te quiero", su voz fue algo entrecortada. Nos vimos y pregunte a qué hora se iría, me sorprendió saber que en unos minutos vendrían por ella para ir al aeropuerto.
Nos sentamos en un rincón de aquel lugar esperando a que llegaran por ella, recordando cosas y pidiendo no olvidarlas. Cuando sonó su celular, eran sus padres y era hora de que se fuera.
-Cuídate mucho, no te olvides de mí-
-Claro que no lo haré también cuídate, adiós-
Nos levantamos, me tomo de las manos y me dio un beso de despedida, ese beso fue en los labios, un beso corto pero lo suficientemente largo para grabar el fino tacto de sus labios en los míos…
-Sé que siempre quisiste eso, siento habértelo dado tan tarde- no dijo más y nuestras manos se separaron algo lento; ella se fuera corriendo, toque mis labios y sonreí levemente pero a la vez era una sonrisa melancólica, la chica que más he querido en mi vida se estaba yendo.
Parecía una pesadilla el estar viendo como se alejaba de mi después de haberla tenido varios años cerca.

La chica castaña corría mientras unas lagrimas brotaban de sus ojos, al parecer no quería llorar frente a su amiga, no quería hacer más triste el momento para ambas.
La de cabello ondulado ahora estaba en su habitación viendo el pequeño libro que le habían obsequiado, en el estaban impresas y pegadas varias fotografías de su mejor amiga y algunas de ambas, algunas páginas tenían cosas escritas y al final de todo eso un gran “Te quiero”, como dije ella nunca dice te quiero, tal vez sólo por esa ocasión lo escribió para dejarme un lindo recuerdo.
Las lagrimas brotaban nuevamente de mis ojos, esta vez de felicidad y agonía, aun me duele su partida…la superare y tratare de refugiar mi amor en este libro.

Nunca querré a nadie como la quiero a ella, esperarla es inútil pues nunca me corresponderá. Debo seguir y vivir con el hecho de que quise a la persona equivocada pero no me equivoque al elegirla como mi mejor amiga.

-Ahora entiendo todo, mi recuerdo quedara en fotografías para ti-

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